sábado, 9 de junio de 2007

HIELO

Siempre amé para poder seguir caminando, siempre caminé para poder seguir amando. Pero que feliz estoy (por mi). Vive la esperanza. Hace tiempo que esquivo a mi rastro que quiere adelantarse a las cosas, es que a mi me gusta que el rastro venga después de las pisadas (buenas o malas, que más da). Tiemblan los vidrios que me rodean, pero no tienen miedo porque saben que el olor a fruta fresca no abunda en la ciudad y quieren sentirlo siempre, aunque la tierra se abra.

Cortaron nuestros boletos para mostrar su poder pero ya estamos en camino y nadie puede detenernos, nadie puede sacar el aroma a pasto de mi alma, nadie puede sacar la sensación de viento de mi piel, y ni hablar de mis retinas.

Aunque la tierra se abra.

1 comentario:

Natalia J. dijo...

bien, volviste!
Espero que nadie pueda NUNCA!!

besito.